Cuando hablamos de servicios postales y asociamos el término ULTIMA MILLA o LMD, nos referimos a la ruta más compleja en el proceso de operación logística, siendo éste un tercio del costo total de la cadena logística.Para adentrarnos en el tema, debemos generalizar y luego contextualizar a nuestra realidad, la cubana.
El mercado global de la LMD en los últimos años se ha estado moviendo por el orden de los 30 millones de USD y se pronostica que supere los 55 millones para los próximos dos años.
En este sentido, se muestra la última milla como una de las fases más costosas del proceso y complejas de la logística de manera general hablando en términos monetarios y desde el punto de vista motivacional y humano, teniendo que enfrentar varias dificultades. Entre ellas destacan varias, condicionando en la mayoría de los casos su ineficiencia:
Distancias a recorrer.
Porciento de entregas fallidas.
Costo por concepto de entrega de mercancías.
Consumo de combustible.
Ocupación de vehículos.
Manejo de personal directo o indirecto.
Elección de las rutas (estado de los viales, tráfico, entre otros).
Quejas de los clientes y más.
Todo lo anterior determina que, una vez vivida la experiencia con una empresa de entregas, ésta determina su imagen, en muchos casos para siempre. Y si esta fue negativa, el cliente final evitará a toda costa que dicha empresa vuelva a darle el servicio.
¿Cómo ver el asunto desde otra perspectiva?
Pues, algo que se olvida muchas veces es que el cliente final es parte importante en este proceso y de él depende de igual manera el éxito o no del servicio.
Entiéndase que el destino y propósito es y será el cliente final. Por tanto, aquí entra a jugar un rol muy importante y es la comunicación en sí misma. Desde el comienzo en que se reciben las cargas en los centros o almacenes de consolidación y clasificación y hasta el final con las distribución y entrega.
El cliente tiene y debe tener el control y participación en cada proceso, ya sea por sistemas de avisos tradicionales o a través de sistemas de gestión informáticos. En cualquiera de los casos la comunicación como proceso es transversal para lograr el éxito en la gestión de la última milla.
Contexto cubano
En el contexto cubano, este asunto ha ido en aumento luego de la COVID-19, donde se pusieron a prueba muchos sistemas que lograron resultados positivos, siempre teniendo que enfrentar las dificultades económicas que ya conocemos. No obstante, esto condicionó un mercado creciente en varias ramas y sectores.
Específicamente en el sector postal, en lo referente a la paquetería internacional muchos conocían, dado el vínculo de la sociedad cubana con sus familiares en el exterior que históricamente envían mercancías de diferentes categorías logísticas y en el caso nacional los envíos tradicionales o Bultos Postales Nacionales (BPN) de una provincia a otra.
Este servicio, siempre ha tenido sus altas y bajas por razones organizativas, de contexto, dada la situación puntual de cada empresa, de tipo económicas, etc., pero de una manera u otra siempre se ha mantenido constante y en búsqueda de soluciones y buenas prácticas.
En Cuba hoy operan seis transitarias para la nacionalización de mercancías provenientes del exterior y cada una de ellas trabaja en asociación con empresas de logísticas internacionales, agencias de envíos y más, que hacen posible que los envíos que se mandan desde cualquier parte del mundo puedan llegar a Cuba por vía aérea o marítima y una vez nacionalizados puedan ser entregados a sus dueños o clientes finales.
Rol de las mipymes en el proceso
En este contexto, debido a la puesta en práctica de nuevas formas de hacer y de gestión implementadas en el país en los últimos dos años han venido a desempeñar un rol importante las Mipymes (estatales / privadas), trabajadores por Cuenta Propia (TCP), así como empresas y entidades estatales vinculadas a este sector en plena evolución bajo la licencia de Operador Postal No básico y Suplementario o simplemente como transportistas ya sea de manera directa o subcontratados por cualquiera de las formas de gestión antes mencionadas.
Claro está, el sector privado ha venido desempeñándose de manera muy activa en esta actividad, existiendo ya más de 30 pequeñas y medianas empresas en este giro.
En estos casos, el sector emergente, recién comienza un camino, donde la capacitación constante es muy importante en el proceso, las buenas prácticas, el trato al cliente y una comunicación horizontal con todas las partes que participan en la operación. Hoy aún se está muy lejos de lograr los resultados que se ha propuesto el país porque para lograrlo deberán compatibilizarse formas de pensar, procesos, modelos de negocios, rentabilidad para todas las partes involucradas.
No obstante, queremos ser optimistas y pensar que se han dado pasos en ese camino, permitiendo acercar los envíos a sus consignatarios, dándose un servicio personalizado adecuado a nuestra realidad y en un contexto económico y social cambiante constantemente.
Siempre existirán nuevos retos y tropiezo que deberán incorporarse como parte del aprendizaje, pero no debe perder de vista el principal objetivo, que es que esos envíos lleguen a su destino. La última milla, por tanto, deberá seguir siendo un eslabón fundamental en este proceso. En Conexus estamos comprometidos con la labor de llevar tus paquetes en esta última milla con rapidez y seguridad. Contáctanos.